Pascua, Ascensión. (Hay pruebas de que Vives)
¿Cuál es el destino, la trayectoria de una vida gastada en fidelidad a una vocación profética? El resultado terrenal de Jesús -el Hijo fiel- parece ser el de los fracasados de todos los tiempos.
Entonces, ¿merece la pena ser uno mismo? ¿No sería más constructivo regularse en función de la conveniencia personal y el oportunismo de grupo?
En resumen, con la Pascua y la Ascensión de Jesús, ¿qué ha cambiado?
La gente sigue como antes viajando o deteniéndose, comprando y vendiendo, trabajando o de fiesta, alegrándose o llorando...
Pero como en un paisaje caracterizado por la niebla, de repente sale el sol y vemos contornos nítidos, disfrutamos del brillo de los colores, incluso de los matices.
Una visión más aguda, en la experiencia de la Fe.
La Pascua celebra una alegría: es la fiesta de los que se dan cuenta de que las derrotas no se quedan en lados oscuros. Ocultan joyas desproporcionadas.
De nuestro paso queda un florecimiento pleno. Y no es cierto que una vida rota o acosada se desperdicie o acabe mal, dejándonos huérfanos.
Más bien, agudiza la escucha y toda percepción. Así aprendemos a acoger la objetivación de los demás y su-nuestra irrepetibilidad.
Aprendemos a dialogar con la cruda realidad y, en primer lugar, con nosotros mismos; así, finalmente, honramos a Dios respetándonos íntegramente a nosotros mismos.
En los iconos orientales, la Pascua se representa como Descenso a los infiernos: victoria de la mujer y el hombre comunes [devueltos a la vida].
De nuevo en los iconos, el Misterio de la Ascensión se representa con dos ángeles vestidos con túnicas blancas que señalan a los apóstoles el nimbo glorioso del Señor, sentado en un trono.
Como en: contemplar donde una vida malgastada según los hombres, pero realizada según el Padre.
Obedecer a nuestra vocación sin concesiones y de forma íntegra puede parecer imprudente, temerario. Por el contrario, es el pleno respeto a nosotros mismos lo que nos conduce a nuestra patria.
La naturaleza de nuestras fibras animadas por el Amigo Interior no apela a objetivos sociales por alcanzar, sino a lo que realmente somos, y nuestro Nombre profundo desplegado en el camino de la Fe nos acompaña infaliblemente hasta la Cuna.
Dejarse influir y exteriorizarse es perderse y perder la propia guía, arruinando la plenitud del ser.
A pesar del aparente fracaso y de los reproches que suscita lo inédito personal y social, escuchando ese Fuego inextinguible que habita en nosotros, realizamos la vida de forma integral.
Si nuestra atención no está en el escenario de lo que ocurre a nuestro alrededor, nos sobresalta la nueva conciencia de una génesis continua de nuestra personalidad y misión: un prototipo y un modo de nosotros mismos que están floreciendo misteriosamente, y que tienen valor.
A menos que nos dejemos condicionar y abrumar por las interferencias externas o los cálculos y circunstancias que nos rodean, percibimos que ya existe una huella caracterizadora que nos llama desde dentro.
Nos damos cuenta de que podemos estar con nosotros mismos y crecer sin preclusiones de lo inesperado, ni códigos ya comúnmente paradigmáticos, porque Dios se expresa creando cielos renovados dentro de nosotros y en la tierra.
Cielo: despega sin extraviarte. No estamos solos. Y lo mejor está aún por llegar.
P.D. Hoy, más que nunca, estamos en la era de los escaparates sociales, que revelan todos los aspectos de la historia y la crónica, incluso los privados.
Cuando valoramos el aspecto del alma que se comunica con las cortezas de los objetivos, lo cortamos o lo desequilibramos con pensamientos dominantes, dejándonos plagiar por manipuladores, incluso espirituales.
Pero el corazón que pierde el Todo ya no traza el camino que canta nuestra Semilla. Exige expresión. De lo contrario, estaríamos procediendo en vano o de forma tópica.
En resumen, no somos un juicio, una opinión, una crisis, un recuerdo, sino inventores de caminos que se nutren de agua que siempre brota.
No a un pozo, ni a un pantano, donde ya ha pasado todo, sino a una Fuente.
[Ascensión del Señor, 12 de mayo de 2024]